jueves, 10 de octubre de 2013

Un caso particular

El motivo que hoy me impulsa a escribir no es agradable. Entre otras cosas porque me he sentido maltratado en cierto modo. Os cuento.

Hace un tiempo, tuve un pequeño accidente de tráfico. Nada grave, solo que un coche pensó que, como en el anuncio de Ikea, “donde caben dos, caben tres”. Acabe con contusiones leves que, por precaución mía, me hicieron ir al hospital

Después de un par de horas de pruebas y esperas, “a casa chaval, que lo tuyo no tiene importancia”. Ibuprofeno y reposo. Que en una semana como nuevo.

Efectivamente, los golpes, dolieron, y pasaron. Una semana de muchas molestias para dormir y para trabajar, pero que no me impedían llevar un ritmo de vida normal.

Mientras tanto mi seguro reclamaba al contrario los daños de mi vehículo. Hasta aquí, procedimiento normal.

El caso es que hoy, pasado el tiempo recibo una llamada, de carácter muy muy inquisitivo e incluso agresivo, identificándose como trabajador de x departamento del seguro contrario. Que como estaba, que si tenia algún problema, etc. De haber sido preguntas amables y formuladas con educación, un servidor, que es afable en el trato y buena persona si se me permite decir, hubiera contestado encantado de colaborar.

Pero el idiota que se hallaba al otro lado de la línea, encima se me pone gallito. ¿Razón? Indemnizarme lo menos posible. Lo gracioso de todo esto, es que no busco que me indemnicen (no tengo motivos físicos ni psicológicos para ello). Solo quiero que arreglen mi vehículo.

El imbécil, seguía a lo suyo. Así que tuve que contestarle que si necesita información, que hable con mi seguro. Y de ahí no me sacaba. A la tercera vez que me lo pregunto, opte amablemente por colgar el teléfono (sin despedirme) y esperé a que me llamara de nuevo, para desahogarme un poco.

Mala suerte, se dio por vencido. Espero que mañana me llame. Me he quedado con ganas de decirle un par de cosas.

2 comentarios:

  1. Si quieres te dejo unos guantes de carbono para que empiece a respetar a sus mayores... :-)

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  2. Díselo a tu agente de seguros, que encima de que te chafan el coche (y lo que no es el coche) te mandan chulitos a dar mal por teléfono. En fin, hay cada especimen por ahí...

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